Diatriba de la vida cotidiana
y otras derrotas civiles.
Diatriba: Término de origen griego (diatribe: discurso, conversación filosófica), con el que inicialmente se designaban las lecciones de tema moral que impartían en Grecia ciertos filósofos estoicos y cínicos. Algunas de estas disquisiciones fueron recogidas en libros que han llegado hasta nosotros, como ocurre con las Diatribas de Epícteto, cuyas ideas influirían en Marco Aurelio. Va a ser un filósofo afín a los cínicos, Bión de Borístenes, quien introduzca en la diatriba la acepción de discurso o escrito agresivo y, en ocasiones, injurioso, que mantendrá en adelante. Sus agrias críticas a los defectos morales de carácter social, lo mismo que las de Menipo, servirán de modelo a la sátira grecolatina posterior: la de Luciano de Samosata, la de Horacio y la de Varrón (Sátiras menipeas). También Cicerón incluye algunas diatribas en sus Tusculanas, e igualmente Séneca en sus tratados morales.
En la literatura española hay dos textos que, sin que sean titulados o presentados como diatribas por sus autores, pueden ser efectivamente considerados como tales: el Doctrinal de privados, del marqués de Santillana (largo poema de 52 coplas octosilábicas, en las que lanza una dura invectiva contra don Álvaro de Luna, a quien hace confesar, después de muerto, sus errores y defectos mora-les), y el Memorial de Quevedo («Católica, sacra real Majestad»), que es una denuncia, sin contemplaciones, de las graves lacras del país, por la cual, probablemente, fue condenado a prisión.
Pero el verdadero iniciador de la diatriba en el sentido moderno del término (en el que se incluye la mordacidad y sutil dilaceración de las personas, instituciones e ideas) es Voltaire, el cual titula expresamente con dicho término algunos de sus opúsculos, por ejemplo, Diatriba del doctor Akaika (1751).
DEMETRIO ESTÉBANEZ CALDERÓN, Diccionario de términos literarios.
(Siguiente entrega: “Diatriba de la vida diaria”)
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